jueves, 8 de enero de 2009
Lo poquito que sé de lectura, de lectores y de niños
Este año que empieza, como todos, unos cuantos andaremos buscando trucos para enganchar a uno o varios chicos a la lectura; otros tantos nos los ofrecerán; habrá campañas diversas, como siempre, y no faltará el que diga que no tiene por qué leer todo el mundo, que no todos somos iguales, que es cuestión de gustos. Mire usted qué gracioso. Para mí eso es como decir que no todo el mundo tiene por qué jugar: hombre, pues todos tenemos derecho a ello, sobre todo los niños.
En eso estoy con Joan Carles Girbés cuando decía en su guía Leer para crecer: guía práctica para hacer lectores a los hijos [fragmentos y reseña, en castellano] (Llegir per a créixer: guia per a fer fills lectors [texto completo, en valenciano]): «Es que leer es un rollo... ¡Stop! ¡Eso sí que no! “Es que a mí no me gusta leer.” Sería más correcto decir: “Es que nunca he leído un libro que me guste”, porque a menudo quien afirma que leer es aburrido es porque aún no ha encontrado las lecturas adecuadas a sus gustos e intereses, ese libro corto o larguísimo que le hará descubrir sensaciones nuevas, aprender, crecer, madurar, vibrar de emoción y encontrarse consigo mismo. ¿A quién no le gusta el cine? Pueden que no gustarle las películas de amor, o las de terror, o las de acción, pero seguro que hay determinadas películas que le entusiasman. Con la literatura pasa lo mismo.»
En diciembre, estas pasadas vacaciones, gracias a un mensaje de C. C. en el foro de Animación a la lectura, di con estos Consejos para enseñar a leer por placer en La Nación.
Son buenos consejos; de hecho, son muy buenos: leer a los niños de pequeños, llevarlos a la librería y dejar que elijan sus libros, no pretender que les gusten obligatoriamente los mismos que nos gustaron a nosotros a su edad, hacer sitio a sus libros para que puedan tener su propia biblioteca...
Sin embargo, me llama la atención esta frase: «A la hora de buscar informaciones y diversión, muchas veces los chicos prefieren respuestas más rápidas, como la televisión, la PlayStation o Internet. El escritor Pablo De Santis habla del "carácter de urgencia y de las respuestas inmediatas" de esos medios en comparación con los libros "pacientes y que siempre pueden esperar"». Me pregunto por qué nadie se pregunta cómo llegan los niños a la Play, a la Nintendo o a la PSP, al móvil o a la tele, al ordenador o a la pantalla del tipo que sea; por qué siempre empezamos dando por hecho que es algo innato y natural.
Es curioso, ¿verdad?, es como si todos asumiéramos que un niño prefiere la compañía de una máquina a la de una persona: es más rápida, es interactiva, es de colores...
Ja, ja, aunque volara mientras canta y gira.
Yo les aseguro que los niños prefieren una y mil veces una mamá, un papá, un hermano... quien sea, a una máquina. Enganchar a un niño a la tele es trabajo de días, no de un momento. Es no hacerle caso cuando llega a gatas, si es que ha aprendido a ir a gatas, y dejarlo en el parque para que no moleste y enchufarle la tele. Aun así, el niño mirará la pantalla y luego se aburrirá como una ostra. Y reclamará nuestra atención. Y si no se le hace caso y se le da una ranita que habla cuando le aprietas la pata o la barriga, el niño lo hace un par de veces y luego la ranita se queda cantando solita.
Quiero decir: si mamá le canta una nana, o papá, por mal que canten, el bebé se acurruca en sus brazos, o llora porque le duele lo que sea, pero lo prefiere al chisme que suena y que hasta mece la cuna. Cuando van creciendo, quieren curar a los muñecos y a nosotros, no a un tamagotchi. Cuando descubren algo en el suelo y lo chupan, luego nos lo enseñan a nosotros, no a la tele. Si les contamos cuentos, nos escuchan. Si nos hablan, si se ríen, si lloran porque se caen o porque les da la gana, ¿a quién buscan? ¿Cuántas veces les decimos «ahora no puedo, cariño» porque nos reclaman a nosotros?
Desenganchar a un niño de las personas que le rodean hasta conseguir que se enganche a una tele, a una consola o a un bichito digital es ir cortando hilos de atención: el hilo de leerle cuentos, zas; el de jugar a la peluquería, al médico, al tendero..., zas; el hilo de contar historias juntos, zas; ese otro de dibujar todos, ese también, zas; el de bajar al parque, ¡qué pérdida de tiempo!, zas; ¿que me dicen del de escuchar pacientemente sus chistes interminables o sus cuentos?, zas; el hilo de ensuciar la cocina con muuucha paciencia, quita, quita, zas; y el de que nos hagan una función de guiñol, ah, ¿pero aún hay algún sitio donde haya teatrillos y marionetas?, ¿es que hay padres o abuelos que tengan tiempo de ver las funciones de los niños?... ZAS
Poco a poco, pasito a pasito lo hemos conseguido: hilo a hilo. Que el tiempo es oro y uno no está para malgastarlo en jugar, contar, escuchar, bailar, cantar, crear, destrozar... Luego, cariño, ¿por qué ahora no te entretienes un ratito con ese libro tan bonito que habla? ¿O con ese ordenador para peques? ¿O con esa película que te gusta tanto? «Pero tú conmigo, mami, la vemos juntos, ¿sí?» Mami tiene cosas que hacer, luego viene.
No es la lectura, es todo: la lectura, el juego, la cocina, el bailoteo, la música, las películas, las charlas, los cuentos, las funciones... Los vamos dejando solos y, entonces sí, pero solo entonces, nos sustituyen.
Publicado por Ana Lorenzo en 8.1.09
Secciones Cultura y lengua, Educación y recursos, Lectura, LIJ, Música, Niños, Opiniones mías
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27 comentarios:
Diste en la tecla, zas.
Más claro, échenle agua.
Abrazo.
Te doy toda la razón del mundo. Relacionado con tu artículo está ese gran libro llamado "MOMO" que intento que mi hija lea. Creo que sería una lectura obligada, tanto para mayores como para enanos.
Cómo os agradezco que dejéis vuestros comentarios, Germán, Lourdes; mis comentariófagos se me iban a quedar famélicos, si no.
En serio, ¿quién no ha disfrutado jugando y charlando y contando y escuchando a sus niños o a otros?
El que no lo haya hecho, se lo pierde, porque lo cierto es que luego van creciendo y dejan de necesitar a un mediador entre él y el mundo. O comienzan a necesitar a otros.
Un beso.
¡Gr, Ana, por la citación!
Un abrazo,
JC Girbés
Interpretaré el Gr como Gracias, Joan Carles, ja, ja; de primeras creí que era un gruñido ;-)
De nada. Aún no me explico cómo no está tu libro por más bibliotecas y sitios: es uno de los mejores que he leído sobre ese tema (y he leído unos cuantos).
Un beso.
Qué metáfora más bonita, Ana, la de los hilos cortados. Y mira que (ya sabes que) estos días no toco con los pies al suelo; pues aun así, no me he soltado hasta el final.
Un beso
Qué comentario más bonito, Gonzalo.
Gracias :-)
Un beso.
El tiempo y, lo que es más importante, la "calidad del tiempo" que dedicamos a nuestros chavales es lo que definirá que sean lectores "amantes de la lectura" y lectores activos, es decir, críticos. La lectura hoy se hace en tantos medios (tu blog, por ejemplo) que es más fácil hacerles tragar el "soma" que nos hace "descansar de niños", aunque no calme nuestras conciencias. Gracias por recordármelo.
Llegué a tu blog a través del de Gonzalo. Ahora me gustaría seguirte.
Gracias por el comentario y por tu paso, commedia (porque es commedia como firmas, ¿no?). Muy interesante tu blog, por cierto.
Un beso.
Sí es Commedia, por "Diente Lighieri", que le dice Darabuc.
Eduardo (Commedia)
Tu comentario, al que llegué a través de Darabuc, me parece una reflexión imprescindible, y tan bien escrita y descrita... Es algo que, desde la librería, intentamos comunicar a diario, aunque no siempre es fácil explicarse tan bien como tú lo haces. ¿Me das permiso para enviarles el link a mis amigos-clientes, para que puedan leerte? ¡¡¡Enhorabuena!!!
Querida Lara, por supuesto que puedes enviar el link a tus amigos-clientes; puedes incluso poner el texto si quieres en tu librería o en donde quieras: no sé si te has fijado pero este blog está bajo licencia Creative Commons, precisamente para compartir.
Me he pasado —virtualmente— por tu librería y es una gozada: se nota que te gustan los libros y los lectores. Cuando vaya a Gijón, desde luego, pasaremos por ahí a leer y a disfrutar (y seguramente a comprar).
Un beso.
Pues, de momento, te añadiré a los links de mi página...
¡Enhorabuena! por la magnífica reflexión que haces sobre lo que significa la crianza y educación de nuestros hijos y tantas cosas relacionadas con ello: el hábito de lectura, la comunicación, la confianza, el compartir... etc. Creo que éste artículo me hará no olvidar nunca cuáles son los hilos que me unen a mis hijos. ¡Gracias!.
Patricia - Hotel Casona Cantiga del Agüeira
Gracias por pasarte, Patricia. Me he pasado yo por tu casa y, madre mía, qué placer; si voy por Asturias te haré una visita. Creo que allí será fácil prestar atención a lo realmente importante en ese entorno y con la música rodeando a los huéspedes. Así que eres soprano... qué envidia.
Un beso.
Ana, pues gracias a ti de nuevo por los elogios, soy soprano por afición y socióloga de profesión, aunque ahora mi tiempo lo dedico a la música, mis huéspedes y mis hijos y pareja ¡un privilegio que estoy disfrutando al máximo!. Me encantará conocerte si te animas a hacernos una visita. Tuve la suerte de que mi amiga del alma Lara, dueña de la libería El Bosque de la Maga Colibrí, me descubriera tus reflexiones. ¡Todo un hallazgo en los tiempos que corren!. Un abrazo. Patricia
Llegué a través de Lara (gracias Lara!) y creo que esto de los hilos que cortamos, se vuelve a tejer por los hilos como
los de tu reflexión, las conexiones como la de Lara
y de tanta gente "ocupada" en buscar más caminos
para acercarnos a la lectura y a nuestros hijos a
través de ella. Doy clases de yoga para niños en México, ellos entienden mucho sobre la metáforas
de las semillas y los hilos que van tejiendo grandes
redes... ahora estos nuevos hilos nos servirán mucho.
Gracias y felicidades por tu blog!
Miriam
Miriam, gracias por tu comentario. Las clases de yoga también tienen su forma de que uno no pierda los hilos que le unen a sí mismo y a los otros, ¿no? Corrígeme si me equivoco.
Bueno, lo de Lara es toda una red de hilos con gente que habéis llegado aquí a este post. No me olvidaré de pasar por El bosque de la Maga Colibrí, a ver la preciosa y acogedora librería de Lara, ni por la Casona Cantiga del Agüeira, a ver (y oír) a Patricia, y conoceros a las dos, claro, cuando vaya a Asturias (he ido varias veces, porque una amiga mía es de allí y mantiene una casa que era de su padre en Vidiago).
Y a México, Miriam, tengo que ir (lo tengo anotado con Uruguay y Argentina, donde tengo amigos a los que quiero conocer; también tengo Perú y Bolivia), sobre todo después de una semblanza que hizo un amigo de México D.F., preciosa, y que si me da permiso, publicaré aquí para que lo leáis. Y bueno, también porque de pequeña y adolescente leía de allá y soñaba con ir.
Un beso.
Acabomos de leer este artículo, y nos ha gustado, porque es un reflejo de la realidad actual. Los niños de ahora ( y sus padres) siempre tienen prisa, y el libro requiere parar un momento, relajarse y disfrutar de la historia.
Gracias por el artículo.
Me gusta el artículo y me gusta el blog.
Ahora, una reflexión como madre de dos y como hija hermana de seis...
Mi madre nunca pudo leerme tantos cuentos como yo leo y leí a mis hijos, no tenía tiempo porque tenía muchos hijos y mucha taerea en casa. A uno de mis hijos le chifla leer pero tamb le chiflan (y mucho) la wii, la play, la game boy y el ordenador.
Los niños reclaman de sus padres mucha atención y es cierto que hay que dársela y echar tiempo en estar con ellos y escucharles, pero tamb es cierto que aparte de padres tenemos una vida y que a veces han de aprender a divertirse ellos solos. Que elijan una u otra cosa no debería ser preocupante. Son otros tiempos... y las videoconsolas no son malas en sí mismas... también tenemos que aprender a jugar a ellas con nuestros hijos.
Muchas gracias por hacernos reflexionar en lo que realmente es importante en la vida... Es tan fácil perderse en nimiedades...
Gracias por vuestros comentarios, Abracadabra, Paula, Anónimo.
Paula, qué suerte tienes de tener ese Bosque de la Maga Colibrí cerca; y qué suerte tiene ella de contar con asiduos como tú y otros que voy conociendo :-) Perderse en nimiedades es facilísimo. Pero lo bueno es que los niños suelen recordarte que lo importante está en la importancia que le des a las cosas: los niños tienen una ingenuidad, un egoísmo y una tenacidad estupendos para conseguir que los mayores logremos aparcar el mundo rápido y loco en que vivimos y el tiempo se haga otro, como en los libros, jugando con ellos.
Anónimo madre de dos y hermana de seis, qué casualidad, yo también soy madre de dos; soy hermana de tres (cuatro en total). Sí, tienes razón, creo que no estamos en desacuerdo: los niños también tienen que jugar entre ellos, y solos, y aburrirse: eso de aburrirse es importante también; quien no se aburre, no imagina, no inventa, digamos. Y no, no creo que las máquinas sean malas (no tienes más que ver dónde escribo esto ;-)). Creo que lo malo es que un niño se limite a las máquinas, que un bebé, que no las mira ni las considera, se vea abocado a ellas, que donde antes había atención de madres, padres, hermanos, abuelos o vecinos... hoy solo haya prisas y niños enchufados, «generación kinder» que le digo yo a eso: niños y adolescentes que desean, consumen, desechan (y conste que los chismitos de los huevos kinder están diseñados que ole ya), en fin, yo sí reivindico que «perdamos» sanamente el tiempo en acompañarlos, también en los juegos de la Play. Pero, sobre todo, que no dejemos de hacerlo cuando nos lo piden, de bebés, de pequeños, aunque nos suponga un esfuerzo, porque además es como comer y rascar, que todo es empezar; y el que no encuentra fuerzas, se pierde esos ratos de diversión y de aprendizaje, sí, que yo me divertí mucho con mis hermanos, con mis abuelos o con mis amigos, pero me he divertido y he aprendido horrores con mis hijas.
Abracadabra, justo eso, parar un momento, relajarse, disfrutar de la compañía y de la lectura. Veo que pronto tendréis un sitio web abierto, espero que aviséis :-)
Un beso a todos y gracias.
Llegue a tu blog como tantos a traves de Lara, ¡que razon tienes!. Trabajo en una escuela infantil e intento hacerles entender estas cosas a las familias y a veces tambien me lo recuerdo a mi para que no se me olvide que ser madre de dos niñas es mucha responsabilidad. Gracias por este articulo tan estupendo
Gracias por pasarte y comentar, Pipoca. Yo también me lo recuerdo a diario, porque mis niñas crecen, pero siguen estando ahí, claro.
Un beso.
He llegado a tu blog a traves de cosasdelamaga, que recomendaba leer este artículo.
Estoy completamente de acuerdo con todo lo que aquí se dice.
Los niños nos necesitan. Es labor nuestra que jueguen, que pinten, que lean. No podemos quitarles eso.
Ni te imaginas la de cuentos que he leido con mis hijos, todo lo que he pintado, las rosquillas y magdalenas que hemos hecho, como se nos ha llenado la casa de tierra, transplantando juntos en el balcón.
Y lo que me queda por hacer...
Tengo que mirarme tu blog super a fondo.
Me apetece un montón.
Emeeme, gracias por pasarte (lo de la Maga Colibrí es una red :-)). Me imagino los buenos ratos que habrás pasado con tus hijos. Y, encima, como veo en tu site lo bien que se te da hacer cosas a mano, me imagino que los trabajos manuales y las cositinas que se suelen hacer con lo peques quedarían genial ;-)
Un beso.
Amén!!!
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