Hoy vengo sin autores de renombre detrás —ya lo sentirán, ya—. Pero vengo a decir, tras este día mundial de la poesía, que pasa casi siempre con más pena que gloria (de hecho, yo me enteré porque aquí, donde vivo, «[p]or segundo año consecutivo el Comité Español de Poesía de la UNESCO, ha elegido Rivas para la celebración de los actos conmemorativos del Día Mundial de la Poesía. Este martes, a las 19.30 horas en el García Lorca, contaremos con la presencia de dos de los grandes poetas españoles del siglo XX. La entrada es gratuita.» : La poesía llega este martes a Rivas con Félix Grande y Francisca Aguirre), pues nada, venía, decía, si no me lío más, a decirles que nosotros en casa hicimos día de la poesía: cada uno hizo lo que buenamente quiso alrededor de eso, o leer un poema que le gusta a los otros, o escribir una poesía y leérnosla, o escribirla y guardarla..., ja, ja, «Hay gente pa tó!», dicen que dijo de un poeta un torero.
Aquí les pongo mi poesía:
Cuando la playa está vacía aún
se me ocurre pensar
¿quién naufragó esta noche?,
¿quién naufragó que oímos su llegada?,
¿quién quedó yerto allí donde mueren las olas?,
¿de quién, al rato, oímos las pisadas?
Por la mañana,
para comprar el pan,
nos observamos todos y nos reconocemos.
El náufrago, quien sea, o ya se ha ido
o aquí se queda.
Esta otra es de Laura, de once años, mi hija pequeña:
La luna
es la cuna
para un niño de plata.
La luna
lo acuna
para que no dé la lata.
(Amablemente rechazó mi sugerencia de cambiar en el último verso «para que no dé...» por «por que no dé...»: «¿La poesía es tuya o mía?»).
La de Marta, de catorce años, no la puedo poner porque no tengo su permiso. Pero es maravillosa, y no es amor de madre.
También leímos algunas de Oliverio Girondo, Gloria Fuertes, Germán Machado (Laura eligió estos dos autores, fan absoluta), Luis Alberto de Cuenca, José Agustín Goytisolo, Antonio Machado, José Hierro, Darabuc, García Lorca, Pablo Neruda, Ángel González... y escuchamos muchas versiones de poesías con buena música.
Y con esto, ¿qué quiero decir? Pues poca cosa: que no hace falta esperar a un día especial (nosotras lo hacemos también otros días) para escribir poesías todos juntos, o para leerlas en voz alta y compartir las que más nos gustan o las que hemos descubierto hace poco (donde sea, en un libro, en un recorte de periódico, en un blog, en un mensaje que te envió tu amigo...), y recibir las otras, y poner las cintas de cassette que casi ya no sabes dónde se ponen porque ahora todo va en CD (aún, pero pronto ya ni en CD) y tú eso no lo encuentras ni en la red donde está todo, todo y todo, en mp3.
Que la poesía la escriben los poetas, sí, pero que escribir poesía con los chicos de vez en cuando es uno de los placeres de esta vida. No se lo pierdan. O sí. Yo no me lo pierdo mientras siga aquí.
miércoles, 26 de marzo de 2008
Poesía (Apología)
Publicado por Ana Lorenzo en 26.3.08
Secciones Lectura, Opiniones mías, poesía
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9 comentarios:
Mi madre nos "reñía" siempre, con cariño, cuando le llevábamos el regalo del "Día de". Y el reproche era justo ese: Quiéreme todos los días o no me quieras. Dicho así, quizá suena desagradable. A nosotros nos valía para pensar que un día no llena un hueco de 364, que es importante que ese hueco no se haga, y para eso, no hay más remedio que dar el callo. Del cariño, pero el callo.
Lo mismo a la poesía, ya tienes razón. Bienvenida la excusa, no la reserva india.
Un beso,
Gonzalo
Pues sí, Gonzalo, de acuerdo con tu madre completamente. Curioso lo de la poesía; dicen que se lee muy poca, pero yo entre los niños y los chicos que conozco veo que sí les gusta, y mucho. A lo mejor lo de que se lee muy poca lo dicen por los adultos, ¿no?
Gracias por pasarte (y por los arreglos ;-)).
Un beso.
Ah, es que los adultos (y muy especialmente, los -os propiamente dichos) no leemos nada y fastidiamos las estadísticas que somos un primor. Regar el pelo en pecho quita más tiempo del que se nos reconoce... :)
Olvidaba decir que el ritmo de la canción lunera (me) suena mejor con "por que", a mí también, aunque a Laura no le guste la idea y aunque el poema sea suyo, que sin duda lo es. Otra posibilidad de regularizar más el ritmo es decir, en el verso 3, "para mi niño de plata". Y como el poema es suyo, me callo y no le digas que me ha gustado mucho. ;)
Un beso en otro día más de la poesía,
Gonzalo
Ese día, como el del teatro (de ayer o anteayer) en el que "los medios" quieren dar importancia a algo a lo que casi no se la dan nunca los que sí se la damos nos sentimos (un poco estupidamente) desplazados: "¡A que vienen estos a hacer que les importa lo que a mí me gusta y ni se fijan el resto del año!", afortunadamente, quiza por leer poesía e ir al teatro nos damos cuenta que viene a ser como la Navidad: ¿Por qué la gente se empeñe en no querer vivirla han de impedirte vivirla a ti?
Vayamos un paso más de Humpty Dumpty y sigamos a la madre de Darabuc: celebremos no sólo los incumpleaños sino también el cumpleaños.
PD. Sigo dándole vueltas a tu poema que no acabo de comprender.
Besos.
>>PD. Sigo dándole vueltas a tu poema que no acabo de comprender.
Caray, si fuera poeta no te contestaría. Menos mal que no soy poeta, que solo escribo poesía cuando me sale o me apetece o cuando escribo con mis niñas (hay una entrada en el blog de Darabuc que lo explica muy bien, eso de ser o no escritor).
Si yo tuviese que analizar la poesía, más allá de si está o no escrita con el ritmo apropiado (en fin, a mí me gusta así, aunque no me parece maravillosa), diría que algo, no sé bien qué, ha cambiado en la vida normal, algo ha sucedido; como todo lo que sucede de repente y tremendo, se sitúa el origen en el mar (un infinito); pero en la rutina (el simple acto de comprar el pan), esa novedad (mala o buena) ha desaparecido: ¿la rutina es capaz de absorberla?, ¿todos mentimos?, ¿o nunca sucedió?
Y con esto, ya he destrozado la poesía, pero no importa porque yo no soy poeta.
Besos. Ana
El año pasado comenzaba mis clases de lengua con una lectura de diez minutos de poemas de algún autor como Bécquer, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Salinas, Alberti, Lorca, Cernuda, Neruda... Mi experiencia es que les gustaban esos momentos que yo llamaba El rincón poético. El problema surgió porque tras diez minutos de lectura de poesía, mis alumnos se ponían nostálgicos o melancólicos y costaba mucho introducirlos en la materia que tocaba. Al final opté por renunciar a ese espacio, no sin sus protestas. Me ha encantado vuestra jornada poética con poemas de todos los miembros de la familia. Es una idea genial que pienso poner en práctica algún día con mi familia. Gracias por tu visita, amiga.
Pues me alegro de que no seas poeta y así me puedas explicar lo que dices en tus versos.
Mi primera impresión había sido parecida a la que me explicas. Concretamente me recordó a esos momentos en los que tumbado en la cama por la noche todo se me vuelve tremendo e imposible, eso que Machado explicó con su:
"En mi soledad
vi cosas muy ciertas
que no eran verdad".
(Cito de mala memoria)
Sensación que, a veces, por la mañana desaparece (o se oculta) en la rutina... En la que unas veces "todos mentimos" y otras, afortunadamente, alguien nos ayuda a ver que "nunca existió" el agobio.
No sé porque luego no me cuadraba la explicación y por eso le seguí dando vueltas... Seguiré investigando en mi subconsciente y (si no es de ruborizarse) te cuento.
Un beso.
Bonito blog, Ana. Me encanta esa relación que mantienen con tus hijas y los libros, preciosa... Na da mejor que compartir aficiones con los que más quieres.
Con vuestro permiso, os acabo de recomendar a tí y a darabuc.
Darabuc, yo también aborrezco "el día de...", algunas cosas se merecen todos los días del año.
Salu2. Ana
Ana, cuál es tu correo electrónico. Quiero mandarte unos materiales.
El mio es germalen(arroba)adinet.com.uy me escribes y te cuento.
Saludos a tu hija, y dile que me dio alegría saberla lectora de mis textos.
Cariños, Germán.
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