El precioso logo de la cabecera lo hizo Chicho, mi hermano pequeño, desde los Estados Unidos, y me lo envió. En este sitio se pueden ver varios álbumes de creaciones suyas. A mí me encantan. Este es el sitio oficial The Art of Chicho Lorenzo: más dedicado a cuadros.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Ya vienen los Reyes...


Una de las nevadas del año pasado, aprovechada para hacer un ángel de esos que hacen en las pelis norteamericanas por mi hija mayor.


Este diciembre me adelanto, cuando en realidad me atraso un año entero, desde el enero pasado, en que leí a Sánchez Ferlosio un artículo estupendo titulado «Televisión para niños», les recomiendo que lo lean, sigue vigente, por desgracia. Ese artículo me hizo acordarme de las cartas a los Reyes Magos de los niños de ahora (vale, no todos, menos mal): algunos ni siquiera escriben porque cortan las fotos de los juguetes y las cosas que quieren y las pegan en la carta; hay otros que sí ponen con su letra lo que piden: tras el consabido «este año he sido bastante bueno», llegan las peticiones: quiero el Super Mario Bros. para Wii, el volante, el micrófono de Hanna Montana, el Quién es quién de Disney, la linterna de Ben 10, la Barbie fashion morena, las zapatillas de fútbol de Nike que usa Ronaldo, etcétera, etcétera.

No, no crean que me molesta que los niños den a los Reyes tantas pistas. Ni que tengan tan claro que si el maletín de hacer pulseras que quieren es el de Hello Kitty no les valga otro similar o incluso más bonito. No es eso.

Es que no veo que ninguno haya pedido un caballo (a no ser que sea uno interactivo que tienen en el Toys R Us y que no es de verdad), ni un muñeco que se convierta en un homúnculo con vida propia, ni una pelota que siempre marque gol, ni un sombrero del que poder sacar todo lo que uno necesite en el momento justo, ni una bandera que señale cuándo hay peligro, ni una nevada increíble que obligue a cerrar el cole, ni una luz que brille a distancias desmesuradas y pueda iluminar la noche oscura de un amigo que se ha ido a vivir lejos lejos, ni...

Todas esas cosas, y otras tantas, las pedía yo junto a disfraces, cuentos, barriguitas, muñecas, coches, grúas y demás.

¿Qué ocurre con los niños? ¿Qué les pasa? ¿Acaso crecer entre tanta ficción y tanta magia les ha hecho anclar sus pies a la tierra? ¿Es que no piden la luna porque no saben que existe? ¿O es que les sobra porque no tiene un copyright que podrán lucir como logo más que marca, como explica Rafael Sánchez Ferlosio?

Y ¿los padres? ¿Se murió su imaginación, que no echan de menos que los niños imaginen? Se quedaron en traer el catálogo de juguetes del sitio más a mano para que el niño ponga las pegatinas de «me gusta esto» como si estuviese en Facebook, y los papás no lo encuentran extraño, no, lo ven facilitador y cómodo.

Pero qué pena, ¿verdad?, tener que buscar con lupa en la lista de los niños hasta encontrar algo que no sea un producto comercial.

A ver si conseguimos devolverles a esa cabecita toda la magia que ellos llevan dentro. A ver si este año les contamos que el catálogo se perdió, pero que hay tantas cosas que uno puede ansiar y desear, y que este es el mejor momento para pedirlas, porque los Reyes, y Papá Noel, son todos magos.

Ya vienen los Reyes...SocialTwist Tell-a-Friend

6 comentarios:

Germán dijo...

Y yo que iba a pedir a los Reyes Magos que volviera "La mala hierba". Sorpresa :-p

Ana Lorenzo dijo...

¿Ves, Germán, como sí que son magos? ;-)
Un beso.

Joselu dijo...

Tengo una amiga que me contaba que en su niñez imaginaba todo lo que quería que le trajeran los reyes. Lo hacía con tanta fuerza y capacidad ensoñadora que si se lo regalaban, lo dejaba de lado. No le interesaba. Le era mucho más atractivo y real lo que sucedía en su imaginación. Este ejemplo me viene siempre a la memoria cuando reflexiono sobre cómo se ha estragado la capacidad de imaginar de los niños y adolescentes. Vivimos un mundo concreto, pragmático, lleno de objetos. El mayor acicate para la imaginación es la escasez, la austeridad... La tecnología actúa como destructora de la imaginación. Soy apasionado de ella (yo también) pero reconozco que absorbe cantidades ingentes de nuestra capacidad de soñar, de imaginar... Que los padres ayuden a los niños a aspirar a los sueños... Me temo que es una quimera. El mejor regalo a un niño es acostarse con él, contarle cuentos, hablarle de nuestra niñez, escucharle, enseñarle refranes, cien mil cosas que ya estoy dejando de lado porque mi hija tiene demasiadas tareas escolares para que nos quede tiempo para hablar por la noche. Pero duró lo que duró.

Me alegro un montón de que vuelvas por aquí.

Un beso.

Ana Lorenzo dijo...

Joselu, gracias por venir y comentar, y por alegrarte de que vuelva :-)
En lo de la imaginación y la magia estamos de acuerdo. No sé qué les pasa a los niños: pudiendo pedir lo que se les antoje, piden lo que el mercado les ofrece. Solo se me ocurre que no se les antoja nada más (y nada menos: va siempre todo con marca y modelo, hasta el balón o el muñeco), que las cartas a los Reyes de cuando creen en ellos a cuando ya no, pero aún la escriben porque tienen hermanos pequeños, o porque quieren que sus padres no sepan que se han enterado... son iguales. Tanta magia en pelis, libros, juguetes, videojuegos, cómics... ¿y tanto niño tan poco aprovechado de la magia? Aquí hay algo que no cuadra. A lo mejor es lo que tu dices: el mundo está lleno de objetos, la imaginación no puede saltarse muchas veces el bombardeo de tener eso, querer eso, desear eso; para imaginar algo que no sea eso supongo que hace falta imaginar :-)
Yo a veces me imagino que viniese un genio de esos que te conceden tres deseos: jo, lo simple que iba a ser como lo pidieran algunos: materializar tres juguetes, consolas, móviles, etcétera que estuviesen de moda, simplemente.
Con tu hija, duró lo que duró y eso está muy bien. Con mis hijas me pasó algo similar. Aunque, te digo: la mayor me lee lo que escribe, y me deja con la intriga porque escribe relatos muy muy largos; eso compartimos. A veces también charlamos de lecturas que nos han gustado o nos recomendamos no leer algunas que son horrorosas (no compréis _Canciones para Paula_, que me coló un librero: es insufrible, como me dijo Marta y como comprobé yo). Con la peque, es más difícil, pero a veces, mimosa, quiere volver atrás en el tiempo y, ella me enseña bailes, yo, nanas y cuentos. No es como era antes, tan frecuente, pero algo es :-)
Un beso.

Lara Meana dijo...

Cómo te echaba de menos...y pasa el tiempo y...
Ya sé: voy a pedirle a los Reyes un encuentro en una ciudad cualquiera, durante el próximo año. Quizás si las dos lo pedimos, nos lo conceda.
¿Quieres probar?
Un abrazo, querida Ana.

Ana Lorenzo dijo...

Vale, Lara, yo se lo pido también y así hacemos más fuerza, amén de que tu magia también tendrá algo de poder :-)
Este va a ser el año en que nos conozcamos en persona; que los Reyes Magos vayan moviendo los hilos ;-)
Un beso.

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Free counter and web stats